¿POR QUÉ LOS ESPAÑOLES SOMOS LÍDERES EN ABUSO DE FÁRMACOS?

Empecemos con la conocida frase, todo en exceso es malo, la cual utilizaremos hoy para aplicarla al abuso de medicamentos.

 Contrario a lo  que se cree, los medicamentos de mayor  abuso son aquellos que requieren de receta médica, pues son más fáciles de conseguir y no necesitan control.

En España, los medicamentos que lideran esta lista son: estimulantes (indicados, por ejemplo, para la hiperactividad), opioides (sirven para aliviar el dolor, por ejemplo, morfina o codeína) y sedantes (lorazepam, vendido bajo el nombre comercial de orfidal o bromazepam más conocido como lexatín) según informes realizados en varios países de la unión. Todos provocan tolerancia y dependencia, con  los efectos negativos que ello conlleva, ya que no sólo afectan a la salud sino al comportamiento de las personas que las consumen y  a al entorno que las rodea.

Lamentablemente, el abuso de medicamentos recetados está aumentando según el Instituto Nacional contra el Abuso de Drogas, lo que debería alertar a la sociedad.

Ocupamos uno de los primeros puestos por varias razones, entre las que cabe destacar la cultura y la educación sanitaria que recibimos, añadido a la reciente  situación económica que vivimos los españoles.

La mayor prevalencia de consumo se da en hombres y desempleados, por tener mayor estrés y dificultades económicas.

Es común en España la tendencia a pedir fármacos a amigos y familiares, el uso de Internet  para la compra-venta de fármacos (los fármacos que son vendidos por Internet no están regulados, ni constan de la aprobación de las autoridades sanitarias de  nuestro país), así como fingir síntomas ante los médicos para uso propio o para dar el fármaco a otras personas que no pueden acceder a él.

Con este artículo quiero hacer una reflexión sobre cómo podemos  mejorar  ese consumo abusivo de medicamentos: debemos realizar un esfuerzo todos, empezando con campañas sanitarias como se realizan con el alcohol y las drogas, ya que los efectos de estos fármacos  desencadenan en dependencia y, en los peores casos, llegan a la muerte.

Dejemos atrás esas frases que todos hemos escuchados alguna vez como:

  • «Yo me tomo ibuprofeno  como si fueran caramelos».
  • «Estás muy nerviosa  hoy, anda tómate un lexatín».

Una concienciación a tiempo evita muchos males, por supuesto, la implicación del personal sanitario (médicos, enfermeros farmacéuticos, psicólogos…) es clave para este éxito, pero sobre todo, una buena Atención Primaria.

 Es importante pensar que  estos medicamentos  (ansiolíticos, antidepresivos, opioides…) deben ser transitorios y forman, junto con la terapia que nos proporciona un psicólogo, la vía para salir de esa situación.

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Por Patricia Madroñal Gómez

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